Desgraciadamente no se ni como empezar, para despedirme de ese buen amigo y el que fue mi primer perro, el buen Federico, raza Poodle, tenía casi los 3 años y pues no me queda nada más que agradecerle el montón de bueno ratos que me hizo pasar.
Recuerdo cuando me lo dieron, tenía alrededor de 3 meses y era de una conocida, pero como su hijo salió alérgico a los pelos del perro me lo dieron y pues ya me tocó cuidar y educar en lo que pudimos a Fede. Que dentro de lo que cabe, no tuvimos ningun problema con el una vez que le enseñamos dónde era su lugar para hacer sus necesidades.
Recuerdo la primera vez que lo bañamos, cómo me carcajee cuando fuí por la toalla para secarlo, parecía la ardilla de la película La Era de Hielo y algo que era muy notorio en él es que era muy sentido, sabía cuando nos burlábamos de él y se iba muy digno a su rincón jaja. En fin, podría pasar todo el día recordándo las aventuras que tuvimos con él, como cuando nos lo llevamos a escalar un cerro que está cerca de la ciudad, y nos encontramos a medio camino con unas vacas, y cuando Fede las vío arranco a querer pelear, pero con el toro jaja, y ahi me lleva atrás de él para agarrlo antes de que el toro se enfadara y viniera a por todos, como dirían en España.
Y cómo olvidar las vergüenzas también cuando se "emocionó" con la pierna de mi papá, sigh, de verdad que lo voy a extrañar y a sentir raro cuando llegue a la casa y levante la mirada a la ventana donde siempre se asomaba cuando me oía llegar.
Así, me despido de Fede, el bebé Pino, y siempre vamos a recordarlo como el buen amigo y compañero que fue con nosotros durante estos casi 3 años. Nos veremos pronto ñiño.